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Cápsula de la Semana / Capsule of the Week
Hola equipo!
Esta semana continuamos con la serie de micro-entrenamiento: Relaciones en el el Ambiente de Trabajo
Llevemos nuestras relaciones en el trabajo al siguiente nivel. Tema de Hoy: La aceptación afectiva y efectiva.
Otro aspecto que nos hace sentir más valorados sentirnos aceptados. Imagina que llegas al trabajo un lunes como hoy, con la cabeza llena de problemas y el corazón un poco roto por cosas que no tienen nada que ver con lo que haces en la oficina, ni con tu agenda, ni con los objetivos trimestrales. Pero ahí estás, tratando de sonreír, de encajar. Y entonces pasa algo pequeño —alguien te escucha sin juzgar.
En esta tercera cápsula de nuestra serie sobre relaciones laborales humanas, queremos hablar de eso; del poder silencioso pero inmenso que tiene aceptar. Porque si no nos damos permiso para ser, ¿cómo vamos a construir relaciones reales?
El paso más importante siempre comienza por nosotros mismos.
No, no es cliché. Es necesario.
Tenemos momentos a veces de inseguridad, de cansancio, de no saber qué hacer… tal vez porque hay personas que amamos que nos han rechazado, no totalmente sino tal vez alguna parte de nosotros y si esa persona es tan importante para nosotros y nos rechaza, terminamos haciendo lo mismo con nosotros mismos. Esto es más difícil de manejarlo si no es algo de ahora, sino que viene desde mucho tiempo atrás.
¿Qué produce la falta de aceptación? Generalmente esto genera un perfeccionismo tóxico, un ambiente lleno de máscaras, mucho desgaste emocional. Sin embargo como Integrity que somos necesitamos brillar por nuestra autenticidad.
Como dice Brené Brown, experta en vulnerabilidad y liderazgo: “La autenticidad es la práctica diaria de dejar de lado quién creemos que debemos ser y abrazar quienes somos.”
El segundo paso se trata de entender, que aceptar no es resignarse, es comprender
Aceptar no significa tolerar lo que nos daña, ni justificar comportamientos negativos. Aceptar es reconocer que cada persona está en su propio camino, con su propio mapa emocional, su historia, sus heridas.
Cuando aceptamos, dejamos de querer cambiar al otro para que se ajuste a nuestra idea de cómo “debería ser”. Y empezamos a escuchar, a observar, a dialogar sin la urgencia de tener la razón.
¿El resultado? Equipos más empáticos. Menos conflictos. Más conexión. Y tal vez lo más importante; cuando alguien se siente aceptado, florece emocionalmente.
El tercer paso es cultivar la aceptación en nuestros espacios íntimos
Me refiero a espacios íntimos, a nuestra pareja, nuestra familia, nuestro equipo, aquel o aquella que trabaja a nuestro lado. Si leíste el tema anterior entiendes que se trata de escuchar con el cuerpo, los ojos, el alma. Sin preparar tu respuesta mientras el otro habla.
“Hoy me siento frustrada.” “Sé que estás pasando por algo.” Nombrar las emociones desactiva los juicios.
“La verdad lo que hiciste no estuvo nada bien, pero pensemos en la forma ¿cómo podemos mejorar esto juntos?”.
Definitivamente queremos practicar la aceptación como una vez Jesús de Nazareth lo hizo, necesitamos aprender a honrar la diversidad de pensamiento, de emociones, cultura y solamente abrazar a la persona, aunque no piense como pensamos nosotros. No todos gestionamos igual el estrés, ni abordamos los problemas de la misma forma.
El cuarto paso es entender que aceptar no es pasividad, sino liderazgo emocional
Las personas que practican la aceptación contagian calma. Sostienen el espacio emocional del equipo. Y con eso, crean seguridad psicológica y desarrollan un terreno fértil donde brotan la innovación, la honestidad y la colaboración verdadera.
Quiero dejarte un desafío para esta semana: El Espejo y el Puente
Esta semana, vas a hacer dos cosas muy simples… pero poderosas:
- El Espejo:
Cada mañana, al iniciar tu jornada laboral, regálate 30 segundos frente al espejo (o a la cámara de tu celular en modo selfie). Mírate sin juzgarte. Y repite en voz alta: “Hoy me acepto tal como soy. Estoy en camino, y eso es suficiente.”
(Este acto tan pequeño comienza a reprogramar tu relación contigo mismo(a). Te da permiso para ser humano.)
- El Puente:
Elige a una persona en tu entorno laboral con quien hayas tenido fricción, tensión o simplemente distancia emocional. Durante esta semana, decide tener una conversación corta, desde la aceptación. Puede ser algo tan simple como: “Solo quería decirte que valoro el trabajo que haces, aunque a veces pensemos distinto. Estoy acá para colaborar.”
No se trata de resolver todo. Se trata de empezar a construir puentes.
Adrian Rojas