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Cápsula de la Semana / Capsule of the Week

Hola equipo!

Quisiera comenzar con algo que podría estar sucediendo esta semana en muchos lugares de trabajo. Es lunes por la mañana. La reunión de equipo ya comenzó. Son las 9:12 y Martín entra a la sala con el celular en la mano y un café en la otra. Se sienta rápido y, con una sonrisa forzada, dice:

— “Perdón, hubo un tráfico espantoso. Ya saben cómo se pone esta ciudad…”

Los demás apenas lo miran. Uno de ellos, Laura, asiente con la cabeza, sin decir nada. Pero por dentro, piensa:

“Siempre llega tarde. Ya ni se esfuerza en dar una excusa creíble. Y claro, nadie le dice nada. Pero si yo hiciera eso, ya me estarían mirando feo.”

Aunque Laura no lo expresa, esa voz interior empieza a influir en su tono, en su expresión facial, en cómo responde a los comentarios de Martín durante la junta. Lo que comenzó con una molestia silenciosa, poco a poco se convierte en tensión, pasividad irónica, distancia.

Martín lo nota… pero no entiende por qué.

Este es un ejemplo clásico de lo que Chris Argyris llamó la columna izquierda: esa conversación paralela que no se dice, pero que lo contamina todo.

Y lo que está en juego aquí no es solo la puntualidad o la excusa… sino la forma en que gestionamos nuestras emociones no expresadas, nuestros juicios silenciosos y nuestra capacidad (o incapacidad) de hablar con claridad y respeto.

Aquí entra en juego la asertividad.

¿Qué significa ser asertivo?

La asertividad es una de las habilidades más valiosas en la vida profesional, y también una de las menos practicadas de forma consciente y correcta.

“Si de verdad quieres ser feliz, no seas agresivo, sé asertivo.”
– Jean Bauer

Ser asertivo significa expresar lo que piensas, sientes y necesitas de manera clara, directa y respetuosa. Es poder decir “no” sin sentir culpa, pero con una explicación válida.
Es poner límites sin agredir, y es también saber escuchar sin rendirte, sin callarte lo que importa.

Pero más allá de la definición técnica, la asertividad que transforma no solo es efectiva, sino también afectiva. Es decir: logra resultados sin perder conexión humana.

Toda esta reflexión nos muestra que la asertividad más que una técnica, es un arte.

Lo que no dices también comunica

Volvamos al caso de Martín y Laura.

La incomodidad de Laura no es el problema. Todos sentimos cosas que no decimos y hay cosas que si las decimos se convertiría en “Sincericidio”.
El problema es no saber cómo comunicar eso que sentimos sin dañar la relación, y sin quedarnos atrapados en un bucle de resentimiento silencioso.

Cuando no hablamos desde la asertividad, la columna izquierda crece, se llena de pensamientos negativos, suposiciones, frustraciones… y poco a poco se convierte en juicio, sarcasmo, evasión o resentimiento.

Lo que podría haberse resuelto con un:

“Martín, ¿Podrías intentar venir a tiempo a las reuniones de los lunes? Perdemos demasiado tiempo poniéndote al día y realmente incomoda al equipo.”

…Esto depende si se lo dices la primera vez en privado o delante de todos.

La asertividad afectiva es el puente que saca esa conversación interna a la luz, sin violencia, sin drama… con claridad y humanidad.

 Asertividad + empatía, el equilibrio perfecto

La comunicación no es solo verbal. También es corporal, emocional, gestual.

Por eso, cuando vayas a expresar algo difícil, no basta con cuidar las palabras. Necesitas ajustar tu lenguaje no verbal para que el mensaje no se perciba como agresivo, pasivo o confuso.

Aquí una clave esencial:

  • Si tu mensaje es fuerte, firme o muy directo, trata de usar un tono suave, pausado, una mirada empática, una postura abierta. Esto evitará que el otro se ponga a la defensiva.
  • Si tu mensaje es suave o emocional. Podrías acompañarlo con una postura segura, voz clara, mirada firme. Esto evita que tu mensaje pierda fuerza o te perciban débil.

Este balance entre el tono emocional y el cuerpo es lo que permite que tu mensaje llegue al otro sin ruido, sin resistencia, sin dolor innecesario.

 La asertividad es situacional.

Una misma frase puede ser percibida de maneras completamente diferentes según quién la diga, a quién se la digas, cuándo la digas y cómo la digas.

A una persona directa, decirle “No estoy de acuerdo” puede ser visto como algo valiente.
Sin embargo, alguien muy sensible, podría sentir la misma expresión como agresiva. Otra persona, puede pensar que fuiste demasiado suave o ambiguo.

La asertividad no es una técnica fija, es una inteligencia contextual y emocional.
Es saber leer el momento, la personalidad, la historia del otro.
Es tener la capacidad de ajustar tu forma de comunicar sin perder tu esencia.

¿Eso requiere esfuerzo? Sí.

Cuerpo, palabra y contexto.

Para practicar una asertividad efectiva y afectiva, necesitas integrar tres elementos:

  1. Lo que dices (lenguaje verbal)
    Claridad, honestidad, respeto. Ni rodeos, ni ataques.
  2. Cómo lo dices (lenguaje no verbal)
    Postura, tono, gestos, mirada. El cuerpo valida o contradice tu mensaje.
  3. A quién se lo dices (contexto y persona)
    Personalidad, estado emocional, historia previa. Lo que sirve con uno, puede herir a otro.

Cuando estos tres elementos están alineados, creas una comunicación honesta, firme y humana.

Desafío de la semana.

Durante los próximos días, te propongo un reto transformador, sin usar el GPT:

Paso 1: Identifica una conversación pendiente

Piensa en una situación donde guardaste algo que no dijiste. Tal vez sentiste injusticia, frustración, o simplemente incomodidad. Es tu “columna izquierda”.

Paso 2: Escríbela tal cual la sientes

Sin filtro. Para ti. ¿Qué pensaste, qué sentiste, qué quisiste decir?

Paso 3: Reescribe ese mensaje de forma asertiva y empática

Transforma esa columna en una conversación real. Usa un lenguaje firme, pero cálido.
Prepara también tu postura, tono y actitud.

Paso 4: Exprésalo o ensáyalo

Ya sea que lo digas en persona o lo practiques, permítete ver cómo se siente tu cuerpo al hablar con verdad.

Al final de la semana, reflexiona:

¿Cómo cambió tu energía al expresar lo que pensabas desde el respeto?
¿Fue más fácil de lo que pensabas? ¿Qué aprendiste sobre ti?

Adrian Rojas

 

2 comentarios

  1. MARIA JESUS CONTRERASjunio 23, 2025

    Muy buena capsula. no solo para lo laboral, sino tambien para relaciones interpersonales. gracias

    Responder
  2. Gustavo Tavarajunio 24, 2025

    Muy buen tema! Pragmatico.

    Responder

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